"

viernes, 31 de mayo de 2013

Felicidad, ¿con o sin zapatos?

Si mi tarde tuviera banda sonora, en mi cabeza sonaba algo así como "pretty woman, walking down the street, pretty woman, the kind I'd like to meet", con el pequeño cambio de Rodeo Drive por Serrano y en lugar de la despampanante Julia Roberts, yo-sans Richard Gere. No suelo recrear películas en mi mente mientras camino, y mucho menos jugar un rol en ella, pero hoy me dejé ir. Hoy no fue una tarde como otra cualquiera, es hoy 31 de mayo, estamos vivos, es motivo suficiente para que sea diferente y dejarse ir. Vuelvo a Rodeo Drive, aka, Serrano, un momento de plenitud, el sol me está dando en la cara y antes de darme cuenta estoy caminando con los zapatos en la mano calle abajo. Plenamente consciente del acto, además del hecho de que la acera está limpia, me decidí a poner en práctica eso sobre lo que escribí ayer: las personas por la calle no te analizan, no les importas. Debo admitir que al llegar a la Puerta de Alcalá, sentí lo que puede ser un momento de felicidad plena. Lo cierto es que no llevé a cabo el experimento: ni siquiera me fijé si alguien me miraba los pies, era yo a la que no le importaba ir descalza en público, esa es la verdadera felicidad. No el hecho en sí de ir descalzo, sino encontrar ese momento de satisfacción personal, en las pequeñas cosas, los pequeños retos cotidianos, en tu interior. 

Ahora me dispongo a tomarme, con los zapatos puestos, un zumo de zanahoria, mientras escribo esto. 
¡Hasta la próxima!



3 comentarios:

  1. Ole por ti Nik!! A mi también me gusta ir descalza por la calle, aunque no suelo hacerlo mucho, normalmente solo cuando llevo un par de copitas.
    http://prettymeniso.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  2. jajaja!! conozco esa sensación de andar descalza por la calle y es un gustazo, aunque tampoco lo suelo hacer. Un besito

    ResponderEliminar